¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
Junio 30 2020 – Llamado de Los Corazones de Jesús Y María al Pueblo de Dios. Mensaje a Enoch.
Oración de Consagración mañana y noche a los Corazones de Jesús y de María
“Pueblo de Dios, la Paz y el Amor de Nuestros Dos Corazones, os acompañe siempre.
Amados hijos, los días que estáis viviendo son ya días de purificación; aceptadlos con amor y confianza en Dios; ofreciendo vuestros sufrimientos, luchas y fatigas, por vuestra liberación, conversión y salvación. Unid vuestros padecimientos a la Cruz de Jesús, para que las pruebas, os sean más llevaderas. Pedidle a Nuestros Dos Corazones por vuestra conversión, la de vuestra familia, país, ciudad y el mundo entero; para que seáis liberados vosotros y la humanidad entera de la maldad y el pecado existentes.
Acordaos Pueblo de Dios, que vuestras batallas son espirituales, por eso debéis de utilizar toda la Armadura Espiritual que Dios os ha enviado, para que podáis enfrentar a vuestro enemigo el diablo, que no descansa buscando la forma de haceros perder. Acudid a la protección de Nuestros Dos Corazones cuando os sintáis atacados por las fuerzas del mal en vuestra mente. No dudéis en invocarnos porque el Poder de Nuestros Dos Corazones destruye todo dardo incendiario del maligno y os fortalecen en el combate espiritual de cada día.
Consagraos a mañana y noche al Poder de Nuestros Dos Corazones; haced extensiva la consagración a vuestros hijos, familiares y al mundo entero, para que el poder del mal sea derrotado de la faz de la tierra. Somos los Sagrados Corazones de Jesús y de María, que palpitan de Amor por todas las almas y en especial por aquellas que están más apartadas de Dios. Refugiaos Pueblo de Dios en Nuestros Dos Corazones, para que el poder del mal no pueda haceros daño. Nuestros dos corazones son la victoria y salvación de los Hijos de Dios.
Amado Pueblo, llevad siempre con vosotros el Estandarte Mariano de Nuestros Dos Corazones colgado en vuestro cuello, porque es poderosa Armadura de Protección para el combate espiritual y para los días de gran tribulación que están llegando. Hacedlo bendecir y exorcizar y cuando os sintáis atacados por el maligno, decid así:
“Corazones de Jesús y de María, venid en mi auxilio y sed la salvación del alma mía, libradme de todo mal y asechanza del maligno. Amén”
Os regalamos esta oración de consagración a Nuestros Dos Corazones, para que la hagáis a mañana y noche; extensiva a vuestros hijos, familiares y al mundo entero.
Oración de Consagración a los Corazones de Jesús y de María

(Hacerla a mañana y noche) – Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera a vuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén.
Somos vuestro Refugio y Amparo, los Corazones de Jesús y de María.
Amado Pueblo, dad a conocer los mensajes del Cielo, a toda la humanidad.”
Fuente: mensajesdelbuenpastor








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."