¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
Abril 26 2020 – Llamado urgente de María Rosa Mística al Pueblo de Dios
No quiero asustaros, pero preparaos para la llegada de otros virus
“Hijitos de mi Corazón, la Paz de mi Señor, esté con todos vosotros y mi Protección Maternal, os acompañe siempre.
Pequeñitos, no quiero asustaros mis niños, pero preparaos para la llegada de otros virus; la humanidad seguirá en confinamiento. Las pandemias diezmarán gran parte de la población mundial, especialmente niños y ancianos. Los nuevos virus que están listos a ser propagados por el mundo, hacen parte de pandemias que ya habían sido erradicadas por la ciencia humana, pero que están siendo modificadas genéticamente para que sean más fuertes y letales y puedan diezmar a millones de seres humanos. Vuelven los virus de la gripa Aviar, Porcina, Viruela, Sarampión, meningitis; un tipo de virus que atacará los bronquios y los pulmones y el sistema inmunológico.
Hijitos, las Élites al servicio de mi adversario son los causantes de estas pandemias que están azotando a la humanidad; estos virus están siendo creados en laboratorios y esparcidos por los aires. No temáis Pueblo de Dios, acatad y poned en práctica las instrucciones, oraciones y remedios, que el Cielo os ha enviado a través de nuestros Profetas de estos últimos tiempos, para que podáis superar estas pandemias. El ataque biológico será más letal que la guerra que está por comenzar; acordaos que todo tiene que cumplirse como está escrito. Nuevamente os repito: no temáis; Yo, vuestra Madre, estoy cuidando de vosotros, Pueblo de Dios; refugiaos en mi Corazón Inmaculado, y esta Madre, que tanto os ama, no permitirá que nada ni nadie os haga daño.
Con mucha anterioridad os habíamos anunciado de la llegada de estas tribulaciones, pero la inmensa mayoría de esta humanidad pecadora, hizo caso omiso a los llamados del Cielo. Hoy os anuncio de la llegada de nuevas pandemias para que os preparéis material y espiritualmente. Estáis en tiempo de tribulaciones y malas noticias, permaneced unidos a Nuestros Dos Corazones, porque es tiempo para meditar y volver a Dios de Corazón. Os llegó la hora humanidad pecadora, ¡despertad y arrepentíos de vuestros pecados de una vez! El jinete de la peste, virus, hambruna, desolación y muerte, ya está en medio de vosotros y está derramando su copa sobre los habitantes de la tierra. ¿Qué estáis esperando Hijitos Rebeldes, para convertiros? Mirad, todos los signos y señales, que el Cielo os está dando para que recapacitéis y volváis a Dios. ¡No seáis Insensatos, porque vuestra vida está en peligro de perderse eternamente!
Pueblo de Dios, preparaos mis pequeñitos, ayudándoos y socorriéndoos mutuamente, porque los días de confinamiento apenas están comenzando. Orad y alabad la Gloria de Dios, para que podáis superar los días difíciles que están llegando. Días de Justicia Divina, que llaman a la conversión y el arrepentimiento. Sólo hijitos, si sois espirituales, podréis superar los días de prueba que os están llegando. Solo estando unidos a Nuestros Dos Corazones y acatando las instrucciones, remedios y oraciones de protección, que os ha enviado el Cielo, podréis salir victoriosos de todas las tribulaciones que os llegarán.
Que la Paz de Dios, y mi Amor y Protección, permanezca en vosotros, mis Amados Niños.
Vuestra Madre, María Rosa Mística.
Dad a conocer mis mensajes a toda la humanidad, Hijitos de mi Corazón.”
Fuente: mensajesdelbuenpastor








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."