¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
Agosto 29 2017 – Llamado urgente de Jesús Sumo y Eterno Sacerdote a Sus predilectos
¡Hijos laicos, vosotros no sois dignos de ejercer el Ministerio Eucarístico!
Mi paz sea con vosotros, mis amados hijos predilectos.
Hijos míos, la soledad de mis Sagrarios es una afrenta a mi Divinidad; ¡qué sólo me encuentro!
¿Quién puede venir a consolarme? Cada día la apostasía se acrecienta más; mis tabernáculos en muchas de mis Casas son profanados por manos que no están consagradas por el Ministerio Sacerdotal.
Me duele y entristece ver a tantos de mis hijos laicos, profanar mis utensilios sagrados, especialmente el Cáliz donde me encuentro espiritualmente.
¡Hijos laicos, vosotros no sois dignos de ejercer el Ministerio Eucarístico!
¡Me duele y entristece ver como vosotros me tomáis en vuestras manos, que no son dignas para tocarme!
Muchos vivís en pecado y lleváis meses sin confesión ni reparación, porque según muchos de vosotros, ya estáis purificados.
La inmensa mayoría de vosotros, camináis con la soberbia y la prepotencia, la cual se refleja en vuestros rostros.
¡Oh, cómo me ultrajáis a diario, ministros de la eucaristía!
Una vez más os digo: Vosotros no sois dignos de tocarme, ¡Noli me Tangere! no me toques.
Vuestras manos no están consagradas por el Ministerio Sacerdotal; no os hagáis reos de culpa, no aumentéis más vuestras ataduras.
En verdad os digo: De la forma como me tratéis, así también seréis tratados cuando os presentéis ante Mí.
Hijos Predilectos, ¡parad ya este ultraje a mi Divinidad; no permitáis más que mis hijos laicos me sigan ultrajando!
Sois vosotros y no ellos, los que debéis ejercer el Ministerio de la Eucaristía.
A vosotros mis Sacerdotes os elegí y consagré, para que ejerzáis el Ministerio Sacerdotal y seáis los Pastores de mi Rebaño; entonces, ¿por qué no cumplís con vuestro deber?
¡Oh, pastores infieles, si no remediáis y reparáis por este ultraje a mi Divinidad, os aseguro que cuando os presentéis ante Mí, os diré: ¡No os conozco!
Acordaos, al que mucho se le da, mucho se le exigirá; a vosotros os llamo amigos; entonces, no me defraudéis con vuestra actitud.
Pensad por un momento que mañana cuando lleguéis a la eternidad, lo que os está esperando es mi Tribunal Supremo, el cual juzgará vuestro Ministerio Sacerdotal, conforme a mi Doctrina y Evangelio.
Si la sentencia es condenatoria, sabed que Yo, Jesús Sumo Y Eterno Sacerdote, no os daré la cara, si no la espalda.
Y ya sabéis vosotros, el lugar que os espera.
Recapacitad pues mis Predilectos, no me ultrajéis más, permitiendo que mis hijos laicos sigan profanando mi Divinidad; porque sus ultrajes, son azotes que desgarran mi Cuerpo y hacen brotar mi Sangre.
¡Hijos Predilectos, no más laicos repartiendo mi Cuerpo y mi Sangre, os lo pido de Corazón!
Mi paz os dejo, mi paz os doy.
Vuestro Amado, Jesús Sumo Y Eterno Sacerdote.
Dad a conocer mis mensajes a todos mis Predilectos.”
Fuente: mensajesdelbuenpastorenoc.org








“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”



"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)"
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)."
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."