¡Conviértanse, es urgente! “Yo no me canso mientras yo tenga vida, mientras Cristo me tenga con vida, voy a gritar, a gritar siempre: ¡Hermanos conviértanse! ¡Hermanos por favor conviértanse, es urgente! ¡No pierdan tiempo, es urgente! ¿Por qué? Porque muchos esperan grandes acontecimientos poco a poco. ¡No! ¡Los grandes acontecimientos se van a dar en pocos días! ¡Todos! Y vendrá el Aviso! [...] Confiemos en la palabra de Cristo, y pedimos el discernimiento al Espíritu Santo para no tomar decisiones equivocadas" –Luz de María.****
Enero 31 de 2018 – Llamado Urgente de Jesús Sacramentado a su Pueblo fiel
El caos muy pronto se va apoderar de Roma
“Hijos míos, mi paz sea con vosotros
Las señales celestiales os están anunciando que está cerca mi próximo regreso. La transformación del universo os va a dejar ver fenómenos en el espacio, que nunca antes ojo alguno había visto. Grandes manifestaciones se darán en el cielo y en la tierra, para que estéis preparados a mi segunda venida.
Hijos míos, los dioses hechura de la mano del hombre, comenzarán a caer; el dios dólar tiene sus días contados y con él, caerán las economías de muchas naciones. Todos aquellos que pusieron su esperanza y fe en los dioses de este mundo, también caerán con ellos. La crisis económica dejará en la banca rota a un gran número de naciones y personas, que pusieron su fe en el dios dinero.
Rebaño mío, se acerca el calvario de mi Iglesia, orad por ella; los Cardenales rebeldes la dividirán y el caos se apoderará de la Sede de Pedro. Roma perderá la fe y será motivo de escándalo para el mundo católico. En muchas naciones sus Cardenales se unirán a los rebeldes y mi Iglesia, será vilmente traicionada por aquellos que decían ser sus familiares, pero que como Judas hoy la traicionarán y entregarán en manos de mi adversario.
Hijos míos, el caos muy pronto se va apoderar de Roma y la ciudad de las siete colinas arderá. Mi Vicario tendrá que huir, porque su vida correrá peligro. Un nuevo Papa, será elegido y éste le servirá a mi adversario. El nuevo Papa sentará en la Silla de Pedro a mi adversario y decretará el cierre inmediato de mis Casas y persecución de mi Pueblo fiel.
Muchos Cardenales, Obispos, Sacerdotes y Religiosos, dentro del Vaticano perderán la vida. Mis Pastores fieles en muchas naciones, también correrán la misma suerte. Mi Pueblo fiel caminará al destierro, así como mis primeros Cristianos, pero el que persevere hasta el final sin perder la fe, se salvará. No temáis Pueblo mío, legiones de Ángeles estarán con vosotros y os cuidarán, si los invocáis.
Mi Iglesia Remanente cobrará vida; en el campo, en el monte, en cavernas o en los Refugios de mi Madre, mis Sacerdotes fieles, oficiarán mi Santo Sacrificio. En los días en que permanezcáis huyendo y no encontréis Sacerdotes, haced la comunión espiritual o invocad a mis Ángeles y ellos os la darán espiritualmente.
El signo del Ictus o Pescado, volverá a hacer la señal de mi rebaño fiel, donde veáis esta señal, sabréis que allí se reúne mi Iglesia. Todo aquel que lleve el Rosario de mi Madre en su cuello y el signo del Pez, será de mi Rebaño. Estas serán las señales que identificarán a mis ovejas en aquellos días.
Prestad atención, porque mi adversario tratará de camuflarse en mi rebaño a través de sus instrumentos, llevando únicamente el signo del Pez para engañaros. Si no lleva el Rosario de mi Madre, no es de mi rebaño. Mi adversario no soporta el Rosario, porque sabe que con él, será derrotado por mi Madre y mis Hijos fieles. Tened pues en cuenta esta instrucción para que cuando lleguen las persecuciones, podáis distinguir las ovejas de los lobos.
Estad Pueblo mío, alerta y vigilantes, listos y preparados, para enfrentar la crisis que está por llegar a mi Iglesia. Permaneced firmes en la fe, para que nada ni nadie os aparte de mi doctrina. Os regalo esta oración para que la hagáis cada que me visitéis en mi Sagrario.
Bendición de Jesús Sacramentado
Oh mi Jesús Sacramentado, vengo ante Ti, en busca de consuelo y con la esperanza de solucionar esta necesidad que tengo. (decir la necesidad)
¿A dónde voy a ir Señor?. Tú tienes Palabras de Vida Eterna. Tú eres mi Médico, mi Defensor, mi Amigo, mi Padre, mi sustento y ante todo eres mi Dios. Aquí estoy postrado a tus pies, si quieres puedes sanarme. Te necesito mi Jesús Sacramentado, atiende a mi súplica y dadle a mi petición, pronta solución. Oh, bendición de Jesús Sacramentado: cúbreme, libérame, sáname y fortalece mi fe, para que siempre camine contigo. Que tu Santa Bendición, oh mi amado Jesús, permanezca siempre en mí y en los míos. Que tu Santa Bendición, sea mi fortaleza, mi paz y mi confianza; que tu Bendición oh mi Jesús Sacramentado, se haga también extensiva a mi familia y seres queridos, para que todos seamos uno solo contigo. Y así protegidos por tu Bendición, ninguna fuerza del mal pueda hacernos daño. Dichoso aquel quien te pide tu Bendición y la conserva como un tesoro, porque será protegido de los males de este mundo, borrará sus pecados y en el día de su partida, alcanzará el gozo de la vida eterna. Bendíceme oh Jesús Sacramentado con la Bendición que procede del Padre, +del Hijo, +y del Espíritu Santo + Amén
Todo lo puedo en Cristo Jesús que me fortalece. (Filipenses 4, 13)
Vuestro Maestro, Jesús Sacramentado.
Dad a conocer mis mensajes hijos míos, a toda la humanidad.”
Fuente: mensajesdelbuenpastorenoc.org





 
 

 
“Si supierais cómo resplandecéis después de acercaros debidamente al Sacramento de la Confesión. (Jesús) está en el Confesionario y escucha cada palabra, ve en cada rincón de vuestro corazón y está deseoso de otorgar las gracias inherentes a Su Perdón.
“¡Os pido Mis hijos predilectos que paréis esta abominación! ¡No más ministros extraordinarios de la Eucaristía! ¡No más comuniones distribuidas por laicos, ni más comuniones en la mano!”

 

"Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Santísima Madre de Dios, María, Protectora de la Fe, resguarda mi fe en el refugio de Tu Inmaculado Corazón. En él, protege mi fe de cualquier merodeador. Muéstrame las amenazas a mi fe y ayúdame a vencerlas. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)" 
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)." 
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén"
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el Cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo; tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
 
 
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera avuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén."